Decisiones
(Unas más trascendentales que otras)
Desde pequeños tomamos decisiones muchas veces de manera inconsciente: decidir entre comer un helado o un refresco, entre jugar a la pelota o ver televisión, entre estudiar o salir a pasear.
A medida que crecemos nos volvemos cada vez más conscientes sobre las decisiones que tomamos y el impacto que tiene sobre nuestras vidas. Pero ¿Cómo tomar decisiones acertadas? Lo primero que puedo decirte es que tomar decisiones es de valientes, muchas personas ni siquiera se atreven a hacerlo, viven sus vidas queriendo hacer muchas cosas, pero desde la imaginación porque pasar a la acción les implica tomar una o varias decisiones y ante el temor a equivocarse prefieren no tomar ninguna decisión o prolongarla a tal punto que las horas, días, semanas, meses y años transcurren.
No se trata de tomar decisiones a la ligera, sobre todo si son decisiones que pueden cambiar el rumbo de tu vida, sin embargo, al ser tales decisiones tan importantes, prolongarlas tampoco es la solución. Es entonces cuando debes mirar hacia tu interior, conectar con eso que quieres para tu vida, hacer una lista de los pros y contra de tomar esa decisión y evaluar cuáles tienen más peso, se trata de visualizar los distintos escenarios que pueden ocurrir al tomar una u otra decisión, de las personas que pueden verse involucradas en tu decisión.
Si sientes que aún al hacer esta evaluación no puedes decidirte, apóyate en personas de tu confianza o personas que admires, personas que estén en el lugar al que quisieras llegar, personas que conectan con tus valores, con tu esencia, para pedirles algún consejo o recomendación, sobre todo si la situación te agobia tanto, escuchar otro punto de vista puede darte otra perspectiva, puede darte esa luz que necesitas para que tomes tu decisión.
Eso sí, recuerda: que al final, la decisión debe ser tuya ya sean decisiones que consideres equivocadas o acertadas, lo más importante es tomarlas desde tu corazón y la razón, para que tengas el coraje de decir con la frente en alto: tomé la mejor decisión o me equivoqué. Y si te equivocaste, te aseguro que no te vas arrepentir de esa decisión porque al final la tomaste de manera consciente y arriesgaste: eso es de valientes.
Ante las decisiones equivocadas tenemos dos caminos: lamentarnos o aprender y seguir adelante. Ninguna persona en el mundo puede decir que no tomó una decisión equivocada, sin embargo, hay unos que se afligen y cohíben ante tales decisiones, mientras otros sacan el mayor provecho de las mismas. Las decisiones equivocadas pero bien evaluadas posteriormente, tienen el poder de hacernos más sabios, así que de ti depende.
No permitas tampoco que otros cuestionen las decisiones que tomaste, sobre todo sino afecta sus vidas. Es tu decisión, es tu vida, eres tu quien asume las consecuencias positivas o negativas.
"Ante esa situación que te agobia, que te quita el sueño: Decídete y decide ahora".
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